A lo largo de los últimos años, los numerosos estudios científicos publicados por diferentes organismos internacionales han dejado en evidencia que el modelo productivo actual no es compatible con la correcta conservación del planeta. El principal causante de esta situación es el calentamiento climático provocado por el exceso de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Para hacer frente a este reto, los gobiernos de todo el mundo se comprometieron en la COP21 de 2015 a reducir sus emisiones de forma que la temperatura del planeta aumente por debajo de 2ºC (preferiblemente 1,5ºC) en 2100 en comparación con tiempos preindustriales.
Ese compromiso requería de una reducción de las emisiones generalizada producida por los gases de efecto invernadero.
Tipos de Gases de Efecto Invernadero (GEI)
Los gases de efecto invernadero son gases que atrapan el calor en la atmósfera y que generan el calentamiento global. A día de hoy los principales gases son:
- El Dióxido de Carbono (CO2): Representa la inmensa mayoría de las emisiones de GEI (casi el 80%) ya que se genera siempre que un material entra en combustión, algo muy común en nuestro día a día debido a la dependencia a los combustibles fósiles que presenta nuestra economía.
- El Metano (CH4): Es el causante del 11% de los GEI propagados en la atmósfera y es producido por la descomposición de materia orgánica.
- El Óxido Nitroso (N2O): Representa el 7% de las emisiones totales de GEI provocadas por el ser humano, y puede ser emitido a través de la quema de algunos combustibles, la fabricación y uso de fertilizantes sintéticos, etc.
Para combatir el calentamiento global y reducir los gases de efecto invernadero las empresas tienen que fijarse objetivos y desarrollar planes de acción que permitan llevar a cabo esos objetivos.
Tipos de huella de carbono que produce una empresa en función del alcance
- Huella de Alcance 1: emisiones directas provocadas por el proceso productivo de la compañía. Es por ejemplo, el CO2 generado por una fábrica o por un vehículo de transporte. Para reducir estas emisiones, las compañías pueden tomar medidas como la optimización de algunos procesos productivos, la compra de vehículos menos contaminantes, etc.
- Huella de Alcance 2: emisiones indirectas que causa la producción de energía consumida por la compañía para poder realizar su actividad. Es relativamente fácil de medir. Sólo hay que multiplicar el consumo energético de la empresa por el factor de emisión de generación de la electricidad del suministrador o del país.
La reducción de las emisiones indirectas se puede conseguir mediante la implementación de medidas de eficiencia energética. Por ejemplo: contratación de PPAs renovables (acuerdo de compraventa de energía a largo plazo); adquisición de RECs (Renewable Energy Certificates). Estos representan una prueba transferible de que se ha producido un MWh de electricidad a partir de fuentes de energía renovables y se ha añadido a una red eléctrica. - Huella de Alcance 3: emisiones indirectamente provocadas por la cadena de valor de una compañía. Por ejemplo, los GEI generados por la producción y el transporte de capital fijo y materias primas necesarias para la producción. Estas emisiones son las más difíciles de cuantificar y de reducir, puesto que no dependen de la compañía. Si una empresa quisiera reducir su generación de CO2 asociada al abastecimiento, podría cambiar de proveedores a unos más cercanos o hacer presión para que estos tengan prácticas más sostenibles.
Cada vez más empresas europeas miden su huella y establecen metas de reducción de sus emisiones. Tienen el doble objetivo de enfrentar las obligaciones regulatorias presentes y futuras. También pretenden reforzar su ventaja competitiva y mejorar su posicionamiento frente al mercado, los inversores o los clientes.
SBTi: la iniciativa para reducir las emisiones de las empresas
¿Qué tipo de marco de trabajo utilizan las empresas para alinearse con los objetivos marcados? ¿Cómo saber si lo que se está haciendo desde la empresa es suficiente?
Es en este contexto que aparece el Science Based Targets Initiative (SBTi), una iniciativa desarrollada por CDP, Naciones Unidas, World Resources Institute (WRI) y the World Wide Fund for Nature (WWF), que permite a las empresas- de cualquier tamaño y sector- fijar objetivos de reducción de las emisiones compatibles con un aumento de la temperatura del planeta de +1,5ºC en 2100.
Para ello, SBTi permite a las compañías alinearse a dos iniciativas de reducción complementarias a partir de un año base:
- Near-term science-based targets: son objetivos de reducción de las emisiones de GEI de alcance 1, 2 y 3 que deberán alcanzarse en un plazo de entre 5 a 10 años. Las compañías no necesitarán fijar dichos objetivos para el alcance 3 si éste es inferior al 40% de la suma de sus emisiones de los tres alcances o si tienen menos de 500 empleados. Sin embargo, sí que se le requerirá a las empresas que se comprometan a medir estas emisiones y a reducir su huella de alcance 3.
- Net-zero targets: son objetivos de reducción para eliminar la totalidad de las emisiones de alcance 1, 2 y 3 a largo plazo y que deberán cumplirse a más tardar en 2050. Para poder fijar dichos objetivos, las empresas deberán tener Near-Term targets validados por SBTi. Además, se obliga a las compañías a comprometerse a neutralizar las emisiones residuales que no se hayan podido eliminar en 2050 a pesar de haber seguido el plan de Net Zero.
Los beneficios de fijar objetivos en SBTi para una empresa
El principal beneficio de SBTi es que proporciona una hoja de ruta rigurosa basada en estudios científicos que permite determinar el nivel de emisiones que debe reducir una empresa para lograr alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Además, para aquellos sectores más contaminantes SBTi define guías sectoriales y metodologías de reducción alineadas a sus retos específicos.
Además, el hecho de empezar a tomar medidas para reducir la generación de GEI antes de que entren en vigor dicha regulación, permitirá a las empresas aumentar la confianza de sus inversores, y, en algunos casos, obtener una ventaja sobre sus competidores. Por último, ciertas medidas de reducción de las emisiones permiten también fomentar una mayor eficiencia, contribuyendo a disminuir los costes operativos de las compañías.
¿Cómo funciona la adhesión a SBTi? Para adherirse a SBTi las empresas tienen que comunicar a la organización su compromiso de reducción de emisiones. Desde que se comunica, las empresas disponen de 24 meses para preparar un plan de reducción alineado a los criterios basados en la ciencia que define el organismo, y que posteriormente debe ser aprobado por este.
Una vez superado este proceso, las compañías aparecerán en la web de SBTi como empresas con objetivos aprobados y tendrán 6 meses para hacerlos públicos. Tras la aprobación, las empresas deberán divulgar sus emisiones anualmente y supervisar su progreso para alcanzar los objetivos previamente establecidos.
Un proceso transparente, exigente, riguroso y que permite homogeneizar el grado de cumplimiento de los objetivos medioambientales por parte de las empresas, así como reforzar el compromiso real de las empresas en sus estrategias de cambio climático y sostenibilidad. Todo un reto, pero con enormes retornos para quienes sepan afrontarlo con rigurosidad y con determinación.